PENSAMIENTOS INACEPTABLES. El TOC MÁS SILENCIADO

Marta es una joven de 19 años estudiante de magisterio. Desde hace 2 años tiene pensamientos sobre agredir física y sexualmente a sus familiares menores y amigos cercanos. Marta está convencida de que por tener estos pensamientos puede llegar a convertirse en una psicópata y una pedófila, que en cualquier momento puede perder el control de sí misma y hacer daño a los demás, pese a que sabe que esas ideas son totalmente contrarias a sus valores. Estos pensamientos la horrorizan, por lo que está empezando a aislarse de su alrededor por miedo a agredirlos. Pero, ¿es realmente Marta una psicópata?

Marta sufre un tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) con pensamientos intrusivos de carácter agresivo y sexual, uno de los TOC más silenciados por la vergüenza y el miedo al rechazo que genera a quien lo sufre. 

El TOC afecta entre un 2% y 3% de la población adulta y al 1% en la infancia y adolescencia, aunque se sabe que estas cifras están subestimadas por el contenido socialmente estigmatizado de las obsesiones

EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO ¿EN QUÉ CONSISTE?

El TOC está dentro de los llamados como “Trastornos de Ansiedad”, se caracteriza por la presencia de pensamientos e imágenes intrusivas recurrentes (obsesiones) que aparecen en la mente de quien lo sufre y las experimenta como no deseadas, además de conductas repetidas y forzadas (compulsiones) que se ponen en práctica para reducir el malestar que provocan los pensamientos. 

El contenido de las obsesiones de quien sufre el TOC puede variar enormemente, el más conocido es el de contaminación o contagio que conduce a las compulsiones de lavado de manos, cara… Estas personas luchan con sus pensamientos intrusivos de forma externa, visible a los ojos del resto. Sin embargo, el TOC de pensamientos inaceptables no suele ser visible para los demás, lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento.

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES OBSESIONES EN EL TOC DE PENSAMIENTOS INACEPTABLES?

  • Dudas sobre la orientación sexual. La persona tiene dudas intrusivas sobre su homosexualidad. Por ejemplo, se pregunta ¿y si yo fuera homosexual? y duda sobre su atracción al ver imágenes de hombres o mujeres en revistas, en los vestuarios del gimnasio, al mantener relaciones sexuales con sus parejas formales… 
  • Miedo a agredir sexualmente a otros. Se siente un profundo temor a perder el control y acabar violando a alguien, pensamientos característicos son los de ¿y si soy un violador?, ¿y si soy necrófila?… 
  • Miedo a ser un pedófilo o perverso sexual. Las obsesiones se basan en dudas como ¿y si me excitaran los niños?, imágenes de niños desnudos, imaginarse manteniendo relaciones con un bebé o un animal, imágenes de contenido sexual con miembros de la familia…
  • Dudas sobre hacer daño o convertirse en asesino. La persona piensa que realmente puede perder el control de sí misma y acuchillar a quien tiene al lado, a su pareja mientras duerme, golpear a su madre en la cabeza, empujar a un desconocido a la vía mientras espera al tren…

Es importante tener en cuenta que estos pensamientos intrusos no nos convierten en malas personas, ni nos hacen ser capaces de llevarlos a cabo. Todo lo contrario, precisamente la ansiedad que generan paraliza a la persona. Debemos tener en cuenta que se trata de un fallo en el cerebro a la hora de interpretar la realidad, no son un reflejo del carácter de la persona.

 

Para quien los sufre es realmente difícil dar el paso de contarlo, pueden pasar años llevándolo en secreto porque, ¿cómo le explicas a tus padres que tienes imágenes en las que practicas sexo con bebés? O ¿cómo se expresa a tu pareja que piensas en matarla mientras duerme? Este silencio, unido a la imposibilidad de desconectar la mente, lleva a muchas personas a plantearse ideas suicidas. Si un familiar o amigo acude a ti con estos pensamientos es importante no responder con “No harías daño ni a una mosca” y dejarlo estar, sino buscar la ayuda profesional que necesita y ayudarle a burlarse de sus pensamientos mientras recibe su tratamiento.

 

Marina García

Psicóloga Col. Núm. 15255

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