CUANDO EL MIEDO ME FRENA
Tal vez te hayas parado a pensar que la situación en la que vives es insostenible porque no sabes cómo cambiarla, te surgen limitaciones, inconvenientes y al final decides seguir como estás. Todo ello a menudo está ligado al miedo.
QUÉ ES EL MIEDO Y CÓMO FUNCIONA
El miedo es una emoción que trata de alertarnos cuando algo va mal, para así poder prepararnos para la lucha o huida. Por ejemplo, el caminar por un callejón oscuro y ver que detrás de nosotros camina una persona encapuchada hace que sintamos miedo, por la posibilidad real de que esa persona pueda atacarnos. Al sentir esa emoción, se desencadena una reacción que hace que tracemos un plan: echar a correr, cambiar de dirección o enfrentarnos a esa persona en el caso de que atacara.
¿Pero qué pasa cuando vivimos en una constante sensación de miedo? Cuando estamos constantemente sintiendo temor y sentimos que no podemos hacer nada al respecto. Es ahí cuando el miedo nos frena, y el hecho de pensar en que no se puede hacer nada ya es un indicativo de que algo va mal.
SOLO LOS DÉBILES TIENEN MIEDO
No. Todos y cada uno de nosotros tenemos miedos, como dijo Hobbes “El día que nací mi madre parió a dos gemelos: yo y mi miedo”. El miedo es nuestro eterno compañero, para algunos es lo que les impulsa a hacer cosas constantemente y para otros es el causante de que no puedan hacer nada. Pero aunque actúe de manera diferente es por el mismo fin: no pensar en aquello que tememos. Todas las personas tienen miedo, la diferencia es cómo lo gestionan.
ODIO TENER MIEDO
No caigas en la trampa de pensar que el miedo es algo malo que no se debería sentir nunca, acuérdate del cuento de Juan sin miedo y lo mal que terminó. Como se dijo al principio el miedo te alerta de los peligros para que podamos sobrevivir, pero no solo de los peligros externos, sino también de los internos. Por lo tanto, no veas el miedo como tu peor enemigo, simplemente te quiere avisar de que algo va mal en ti, para que puedas afrontarlo y seguir hacia delante.
CÓMO PUEDO GESTIONAR MI MIEDO
Aprender a controlar nuestros miedos no es una tarea sencilla y muchas veces se necesita ayuda profesional para poder afrontarlo, pero de momento te pedimos que emprendas estos tres pasos:
1. Empieza por aceptar tu miedo. Esta es la parte más complicada, ya que solemos ignorar aquello que nos crea sufrimiento, con la idea errónea de “si no lo veo no existe”, pero en realidad lo que hacemos es perdurar ese malestar. Recuerda, solo si te confrontas podrás actuar.
2. Una vez asimilado hazte la siguiente pregunta: ¿Qué es lo peor que me puede pasar?
Casi siempre nos sorprende cuando nos damos cuenta de que la respuesta no suena tan aterradora, nos da más miedo la idea en sí, que lo que pueda ocurrir en realidad. Y si no fuera el caso, si la respuesta nos perturba, quiere decir que esos miedos son producto de problemas internos que aún no hemos podido solucionar.
3. Cuando hayas comprendido lo anterior deberás analizarte un poco más y preguntarte qué dice esto de ti, es decir, qué tratas de evitar en realidad. A veces evitar algo hace que obtengamos unas ganancias que a largo plazo nos perjudicarán.
Aun pidiéndote todo esto no te frustres si sigues sin ver que hay detrás de tus temores, la mente siempre nos intenta proteger de cierta manera, por eso trata de ocultar aquello que te hace daño transformándolo en miedo.
El miedo es como el cuento de brujas que contaban las abuelas a sus nietos para que no anduvieran solos por la calle, como la nana del coco que atemoriza a los niños para que no se queden alborotando en vez de irse a dormir.
La mente actúa igual; “como sé que eso te hará daño, haré que lo temas para que no te acerques”. Ahora eres tú el que debe elegir, si eliges ese miedo como tu aliado y luchar contra lo que te hace daño o lo ves como tu eterno enemigo y tratas de evitarlo.
Zaida Bernabé
Psicóloga Col. Núm. 16017
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