CÓMO LIDIAR CON LA ANSIEDAD SOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

En la ansiedad social (también conocida como fobia social), se siente un temor intenso y persistente a las situaciones sociales en las que creemos que podemos ser evaluados o analizados por los demás. Los últimos estudios epidemiológicos informan que la fobia social es el tercer trastorno psicológico más común en la sociedad, después de la depresión y el consumo de alcohol. Las personas que lo sufren suelen temer hacer un comentario inapropiado, que los demás noten que está nervioso o no saber qué decir o cómo comportarse durante una interacción social. 

No hace falta tener una fobia para sufrir alguno de estos temores en momentos como una entrevista de trabajo, una cita o cuando nos presentan a la familia de nuestra pareja. Es decir, ocasiones importantes en las que sabemos que vamos a ser evaluados, la diferencia con las personas que sufren una fobia es que en su caso estos temores aparecen en cualquier intercambio social del día a día, como al pedir un producto al dependiente del supermercado o al preguntar una duda a una compañera de trabajo.

¿Qué nuevos miedos a la hora de relacionarnos ha traído el COVID-19?

Sumado a las situaciones mencionadas, la pandemia ha traído unos nuevos miedos a la hora de relacionarnos, puesto que nos hace enfrentarnos cada día a nuevas formas de interacción. Ahora nos invaden nuevas incógnitas como ¿se me escuchará bien a través de la mascarilla?, ¿y si le saludo de forma inapropiada?, ¿estará cómodo con la distancia que estoy guardando?, ¿qué pensará de mi aspecto si me bajo la mascarilla para beber agua?, ¿le estaré poniendo (o me pondrán) en peligro de contagio si quedamos?, ¿cómo me verán si estornudo?… Estas nuevas incógnitas y los cambios en la rutina están limitando mucho la espontaneidad de la población en general y aumentando su tensión social, pero sobre todo, está incidiendo de pleno en las personas que ya lidiaban anteriormente con la fobia social.

Todos nos encontramos en un nuevo escenario comunitario en el que podemos ser una amenaza para los demás, así como los otros también pueden serlo para nuestra propia salud y hay quienes esto lo llevan al extremo y acaban sufriendo, siendo muy difícil distinguir dónde está la línea entre lo que es prevención y lo que es fobia. Los miedos sociales son como una herida infectada, pueden extenderse si no nos hacemos cargo de ellos. 

 

 

¿Cómo rebajar la ansiedad social en tiempos de pandemia?

    1. Prepara afirmaciones que te aporten seguridad. Por ejemplo, si temo que se pueda malinterpretar algún gesto o que no se me escuche correctamente, algunas frases basadas en la realidad son “la mayoría de personas están viviendo la misma situación que yo”, “lo estoy haciendo lo mejor que puedo”, “si alguien tiene algún problema es su responsabilidad decirlo, no la mía adivinarlo”. 
    2. No te anticipes. La intolerancia a la incertidumbre y la necesidad de tener todo bajo control pueden jugar malas pasadas, si anticipas todo lo que puede salir mal estarás más centrado en todo lo que pueda fallar, lo que aumentará más tu ansiedad y te acarreará peores resultados. Intenta focalizarte paradójicamente en lo que puede salir bien. 
    3. Tu actuación no es tan importante como imaginas. Las personas de tu alrededor tienen sus propios dramas y sus propias inseguridades, si tú no esperas de ellos la perfección en su comportamiento, ¿por qué ellos la van a esperar de ti?
    4. Ensaya tus interacciones o exposiciones en privado. Igual que cuando se aprende a montar en bici, en cuestiones de habilidades para relacionarse la práctica hace la experiencia. Si tienes una exposición en el trabajo, practícala ante el espejo o tus familiares. Si has quedado con un desconocido y no sabes muy bien cómo actuar, practica el saludo con otras personas.

La pandemia está generando un incremento en la ansiedad social, el aislamiento y la desconfianza generalizada, esto ha transformado la vida social de las personas en general. Mientras, para quienes antes de la pandemia tenían un problema de “base” el aislamiento ha dejado de ser una simple elección de seguridad, convirtiéndose en una pérdida total de la red de apoyo social. En estos casos es importante solicitar ayuda para que la burbuja de aislamiento generada no sea cada día más rígida y difícil de romper. 

 

 

Marina García

Psicóloga Col. Núm. 15255

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